Hepatitis B para todos
Hey que tal, mi nombre en KEVIN ROBERTO CASSO GÓMEZ, soy estudiante de la carrera de medicina, hoy es un día especial pues les he venido a platicar sobre un muy interesante ¿Me regalas 5 minutos de tu tiempo para leerme?
Este blog está realizado con el fin de informar al público en general sobre una de la infecciones que pueden dañar a uno de los órganos más importantes en nuestro cuerpo. El cuál si quisiéramos mencionar sus funciones no acabaríamos nunca ya que es comúnmente llamado el laboratorio de nuestro cuerpo y con justa razón este órgano tiene más de 500 funciones conocidas entre las que podemos mencionar regula la mayor parte de los niveles químicos de la sangre y excreta un producto llamado bilis, que ayuda a descomponer las grasas y las prepara para su posterior digestión y absorción.
Ahora bien, con este breve contexto sobre nuestro hígado podemos empezar a desarrollar ciertas interrogantes sobre la infección por hepatitis B.
¿Qué es?
La hepatitis B es una infección grave causada por el virus de la hepatitis B (VHB). En la mayoría de los casos, la hepatitis B es de corta duración, también se denomina aguda, y dura menos de seis meses. Sin embargo, en otros, la infección de la hepatitis B se vuelve crónica, lo que significa que dura más de seis meses. Tener hepatitis B crónica aumenta el riesgo de desarrollar insuficiencia hepática, cáncer de hígado o cirrosis, que consiste en una afección que deja cicatrices permanentes en el hígado.
La mayoría de los adultos que tienen hepatitis B se recuperan por completo, aunque los síntomas sean graves. Los bebés y niños son más propensos a desarrollar una infección de hepatitis B de larga duración. Esto se conoce como infección crónica.
La vacuna puede prevenir la hepatitis B, pero no existe cura si ya tienes la afección. Si tienes la infección, tomar determinadas precauciones puede prevenir que se disemine el virus a otras personas.
¿Cómo nos afecta?
En las zonas de alta endemicidad, la transmisión se produce más frecuentemente de la madre al niño durante el parto o por exposición a sangre infectada, en particular de niños infectados a niños sanos durante los primeros cinco años de vida. La cronificación es común en los lactantes infectados a través de su madre y en los menores de 5 años.
Otras formas de infectarnos son pinchazos, tatuajes, perforaciones y exposición a sangre o líquidos corporales infectados como la saliva, el semen y el flujo vaginal y menstrual. El virus también puede transmitirse al reutilizar agujas, jeringuillas u objetos cortantes contaminados en establecimientos de salud, en el entorno comunitario o al consumir drogas inyectables. La transmisión sexual es más frecuente en personas no vacunadas que tienen varias parejas sexuales.
¿Cómo sabemos que tenemos hepatitis B?
Estos son algunos de los signos y síntomas:
- Orina oscura
- Dolor abdominal
- Fiebre
- Dolor en las articulaciones
- Pérdida del apetito
- Náuseas y vómitos
- Debilidad y fatiga
- Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia)
Ictericia |
¿Cuándo consultar al médico?
Si sabes que has estado expuesto a la hepatitis B, comunícate con el proveedor de atención médica de inmediato. Un tratamiento preventivo puede reducir el riesgo de infección si lo recibes dentro de las 24 horas posteriores a la exposición al virus.
Si crees que tienes síntomas de la hepatitis B, comunícate con el proveedor de atención médica.
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